Me tomo la libertad de empezar esta reseña con un par de apreciaciones personales. Primero, soy una persona tímida. Bastante. Llamar la atención es algo que me pone incómodo. Mientras más lejos del foco de atención, mejor. Segundo, soy pudoroso. Bastante también. Me puede poner muy vergonzoso que alguien que me vea con algún material considerado "tabú".
¿A qué viene esto? A que algo tiene que ejercer un poder realmente importante en mí para hacerme ir en un ómnibus a carcajadas leyendo un libro en cuya tapa aparece una muñeca inflable desnuda y que, sinceramente, no me importe.
Una tapa como esta
Cuando leí por primera vez Wilt, hace varios años ya, eso fue lo que pasó.
Wilt es sencillamente el libro más divertido que haya leído. Punto. Un libro que a cada página derrocha humor negro, absurdo, inteligente, mezclado con observaciones agudas sobre varios elementos de la sociedad de su momento (el libro es de 1976), la mayoría de los cuáles se mantienen casi inalterados al día de hoy. Humor inglés y del bueno.
El libro trata sobre Henry Wilt, un profesor de literatura de una escuela politécnica obligado a intentar explicarle las sutilezas de la literatura inglesa a grupos de aspirantes a carniceros, instaladores de gas, entre otros, a quienes en su mayoría, sorprendentemente, no les interesa para nada. Exposición a la cultura como le dicen las autoridades escolares, o exposición de él mismo a la barbarie, como lo considera Wilt. Esas mismas autoridades le niegan una y otra vez un ascenso que Wilt lleva años esperando.
En su casa tampoco las tiene fáciles, pues es dominado por Eva, su esposa, una mujer corpulenta e impulsiva que se entrega con tanta vehemencia como ligereza a todo tipo de actividades de mejoramiento personal, ya sean espirituales o físicas. Eva, con cierta influencia de sus amistades, ve a Wilt como una persona sin empuje ni ambición, incapaz de lograr nada en la vida. Una persona floja, vaga y con una aparente apatía que contrasta con su propia forma de entregarse completamente a una nueva actividad cada unos quince días.
Toda esta opresión que sufre Wilt es sublimada de una forma un tanto particular: imaginándose distintas formas de asesinar a Eva.
En una ocasión en que Eva conoce a una pareja estadounidense, quienes la invitan junto a Wilt a una fiesta en su casa, un poco de alcohol y otro de mala suerte lo llevan primero a terminar la noche atrapado de una forma indecorosa a una muñeca inflable, sólo para seguir empeorando hasta tener que explicarle a la policía que él, en realidad, no mató a su esposa.
Y si hasta ahora parece sonar absurdo, lo que sigue lo es más. En el momento en que cualquiera de nosotros se vería abrumado por la demencia de la situación, Wilt no hace sino dejarse llevar por la demencia misma. La forma en que de a poco va sintiéndose cómodo en su detención enloqueciendo a su vez a los policías que lo interrogan (principalmente al Inspector Flint), mientras somos testigos de lo que realmente pasa con Eva, es disparatada. Una cadena de sucesos anárquicamente absurdos y aún así plausibles que se desarrollan mientras la policía cada vez tiene más dudas salvo en un aspecto: Wilt es un psicótico de temer.
Toda esta maraña de locuras brota de la filosa pluma de Tom Sharpe, un escritor inglés cuyo humor, que aunque a veces grueso no deja de ser punzante y lúcido, lo llevó entre otras cosas a ser deportado por sedicioso de Sudáfrica, donde fue profesor y trabajador social en tiempos del apartheid,. Antropólogo social e historiador por la Universidad de Cambridge, se dedicó luego de este suceso a la docencia en Inglaterra durante varios años, lo que le sirvió de inspiración para varios de sus obras, entre ellas las de la saga de Wilt. Considerado un autor tardío, ya que comenzó a publicar sus novelas pasados los 40 años, fue recién después del éxito de su primera novela, Reunión tumultosa, que se dedicó enteramente a escribir, dejando títulos tan pintorescos como Zafarrancho en Cambridge, Vicios ancestrales, El bastardo recalcitrante o Exhibiciòn impúdica, entre otros, además de la mencionada serie de Wilt, antes de fallecer en su casa en la costa catalana en el 2013.
El bueno de Tom
Sharpe es hoy reconocido como uno de los grandes exponentes de la literatura satírica contemporanea. Y la serie de Wilt, que inicia con este libro y consta de cuatro más, se cuenta entre lo más destacado de su obra, de la que seguiremos hablando en otras oportunidades.
Por esto, pacatos, abstenerse.
Autor: Tom Sharpe
País y año: Reino Unido, 1976
Disponibilidad: Se encuentra en librerías.
Existe una película basada en el libro, pero por modificaciones en la trama y lo diluido del humor del original, no resulta un fiel reflejo de la misma. Para los interesados, se encuentra completa en Youtube, aunque en inglés sin subtítulos.